Ya no tomarás sólo, ni con culpa. Ahora podrás invitarle un trago a tu mascota y contarle cómo fue tu día.
La industria de los alimentos para perros se sofistica cada vez más. Si hasta ayer lo máximo a lo que tu mejor amigo podía aspirar era a un plato de Purina, ahora mueve la cola pidiéndote la nueva línea de Bark Vineyards: la bebida sin alcohol, imitación vino, que gana terreno entre los perros de Inglaterra.
Bark en inglés significa ladrido, y los nombres de sus “varietales” son Barkundy, Sauvignon Bark, Pinot Leasheo y White Sniff-n-Tail (“blanco huele cola”), entre otras originalidades.
El invento, que no por pavo es de descuidar, está aprobado por la FDA –un ente regulador que dice que es sano para los bichos- y hoy resulta ser el último grito de la moda entre las señoras paquetas con caniches de peluquería en la fría city londinense.
Al menos así lo afirma Sophie Rose, CEO (Canine Executive Officer, según la empresa), cuando dice a Planeta JOY que “las ventas, desde 2005 en que lanzamos el primer producto, han trepado aceleradamente.”
En caso de que tu pichicho te lo pida, anotá los precios. Las botellas de 375ml salen 13 dólares y las de 750ml están a 20 dólares. Pero eso no es todo: también venden packs de regalo, por ejemplo una caja de madera con capacidad para cargar tres botellas, a un precio de 33 dólares (sin contar el vino).
Ahora, para seguir con la buena racha, planean lanzar otra línea de bebidas sin alcohol, imitación cerveza.
Si te das una vuelta por el sitio (www.barkvineyards.com) verás cómo se las ingeniaron para darle al perro lo que más le gusta al dueño.